La presencia de ferias tiene su origen en la herencia medieval, cuyo fin es facilitar las transacciones comerciales, con ventajas fiscales y privilegios civiles. Las más importantes en España eran las de Medina del Campo (no se ha logrado encontrar documento alguno que contenga el privilegio Real de su institución, anterior a 1421)[1], Villalón y Rioseco, todas ellas con una duración aproximada de una a cuatro semanas.
La primera de ellas, Medina del Campo era la más importante, nació bajo el señorío del infante Fernando, hermano del rey de Castilla Enrique III, tenían lugar en mayo y octubre. Las de Villalón, creada por la familia Pimentel, comenzaban en Cuaresma y duraban un mes y, las de Rioseco, villa en donde el señorío lo ejercía la familia de los Enríquez, empezaban en Pentecostés y en agosto.
Los mejores años de las ferias tuvieron lugar entre1525 y 1550[2]. En el caso de Medina del Campo, destaca su importancia porque en ella concurrían las importaciones del Cantábrico, y de estas partían las exportaciones hacia Flandes. Además, desde el oeste llegaban productos portugueses de ultramar, así como de la Corona de Aragón sus bienes agrícolas y textiles.
En las ferias, muchas veces, no se compraban los productos en sí, porque podían no estar presentes. En ocasiones, quedaban encargados, otras veces, había que esperar a la cosecha, y a veces, porque no tenían sentido transportarlos a la feria y de allí al destino final. Simplemente se contrataban de comprador a vendedor y la transacción efectiva se haría después.
En las ferias se comerciaba con todo: armamento, herramientas… y todo ello haría fluyese en Europa el dinero y las letras de cambio[3]. Moviéndose entre feria y feria las letras de cambio, préstamos y créditos. A medida que se producen retrasos en los pagos, las ferias irán decayendo. Hasta los años 1560 todas las ferias funcionaron con cierta regularidad, sólo las de mayo de Medina del Campo sufrieron retrasos en 1543 y 1544, sin embargo, los aplazamientos se repitieron en 1562, 1563 y 1567, los pagos de Villalón y Rioseco dejaron de celebrase, y las de Medina del Campo irán decayendo también, conforme los genoveses vayan a tratar sus diversos asuntos a Madrid[4].
La primera de ellas, Medina del Campo era la más importante, nació bajo el señorío del infante Fernando, hermano del rey de Castilla Enrique III, tenían lugar en mayo y octubre. Las de Villalón, creada por la familia Pimentel, comenzaban en Cuaresma y duraban un mes y, las de Rioseco, villa en donde el señorío lo ejercía la familia de los Enríquez, empezaban en Pentecostés y en agosto.
Los mejores años de las ferias tuvieron lugar entre1525 y 1550[2]. En el caso de Medina del Campo, destaca su importancia porque en ella concurrían las importaciones del Cantábrico, y de estas partían las exportaciones hacia Flandes. Además, desde el oeste llegaban productos portugueses de ultramar, así como de la Corona de Aragón sus bienes agrícolas y textiles.
En las ferias, muchas veces, no se compraban los productos en sí, porque podían no estar presentes. En ocasiones, quedaban encargados, otras veces, había que esperar a la cosecha, y a veces, porque no tenían sentido transportarlos a la feria y de allí al destino final. Simplemente se contrataban de comprador a vendedor y la transacción efectiva se haría después.
En las ferias se comerciaba con todo: armamento, herramientas… y todo ello haría fluyese en Europa el dinero y las letras de cambio[3]. Moviéndose entre feria y feria las letras de cambio, préstamos y créditos. A medida que se producen retrasos en los pagos, las ferias irán decayendo. Hasta los años 1560 todas las ferias funcionaron con cierta regularidad, sólo las de mayo de Medina del Campo sufrieron retrasos en 1543 y 1544, sin embargo, los aplazamientos se repitieron en 1562, 1563 y 1567, los pagos de Villalón y Rioseco dejaron de celebrase, y las de Medina del Campo irán decayendo también, conforme los genoveses vayan a tratar sus diversos asuntos a Madrid[4].
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[1] http://www.museoferias.net/historia.htm
[1] http://www.museoferias.net/historia.htm
[2] Según Carante, por la subida de los precios y, el incremento de la capacidad adquisitiva de una parte de la población. Sin embargo, Ruiz Martín lo atribuye ante la negativa de poder sacar el dinero de España, se gastaba en ella, estimulando el comercio.
[3] La letra de cambio es una transferencia de fondos de un lugar a otro, siendo un instrumento de crédito, cuyo precio no era fijo.
[4] Alvar Ezquerra, Alfredo, La economía europea en el siglo XVI, Madrid, Editorial Síntesis, 1991
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